Basta con cerrar los ojos
y volver a sentir
que será otra mañana de esas,
en las que esperé
el sol venir, rosando mi cara.
Tomando nuevamente
lo que fue mio, el sueño cumplido,
el nombre del sentir
que revoluciona por dentro.
Es el acuerdo,
el pacto de la sabiduría escondida
que pocos se atreven a llegar.
Mi fe sobre el duelo,
mis sombras sobre la luz,
mis labios sobre el hielo...
Guarda mis pedacitos de cielo
que quedaron por ahí,
interviniendo el secreto,
y el mundo reseco del eco del amor.
Suspira mi ciego sentimiento,
que ha llegado a retroceder
por el sendero tuerto
que vio caer el miedo
que sus ojos siguieron.
Busca su memoria
los cuentos de victoria,
y el tiempo que mató
por no llegar hacer su historia.