A la niña más hermosa que he conocido en mi vida;
La de los ojos sublimes y esa ternura divina;
A la mujer más hermosa hoy le quiero dedicar
Estas palabras sinceras, aunque ella merece más;
A la niña que recuerdo y a la dama que ahora es,
Le reconozco elegancia, presencia y sensatez;
Con un toque de inocencia y otro tanto de atracción,
A cualquiera que la mira le arrebata el corazón;
A esa niña tan querida algún día le ofrecí
Que le estaría escribiendo lo que hoy por fin escribí;
Pero ahora yo comprendo que no existe poesía
Que a tan hermosa mujer el describirla podría;
Por eso hoy sólo afirmo: -eres sublime creación;
La expresión más delicada de lo que ha hecho el amor;
Eres como inmenso espacio, como ese tiempo sin fin,,
Eres total universo: todo daría por ti…