Guirnaldas azules adornan
palabras que duermen
sobre palabras.
Cofre lleno de vientos
añejos y burbujas secas.
Caricias de arpa y
hojas derribadas en el aliento.
Barcos sin tripulantes,
páginas vacías,
aplausos sin eco.
Mano anciana que juega con un
auto de juguete.
Ojos de niño
y un horizonte evanescente.
Parpadeo; cenizas y relámpagos.
Retazos de voz rosa mueren entre
humo y llamas.
Pasos erraticos,
aliento amputado,
manos borrosas...
ventana cerrada
Octavio Aldebarán Márquez.