Era una noche de luna con inefable cariño,
un Angel velaba a un Niño que descansaba en su cuna,
era risueña su faz; purísima su frente como la onda de una fuente, o de un arroyo fogaz.
al contemplar las gerederas de su adorable cabello decia el Angel: \"Niño bello, tanto a mi te asemejas ven conmigo al Edén, tu eterna dicha te encierra. No es digna de ti la tierra, Niño conmigo ven, emprende conmigo el vuelo y subes en pos, para que lleguemos los dos a los jardines del cielo, mancillaras tu canto; vente conmigo mejor la tierra no es para ti\".
un beso imprimió en la frente del pequeño que al despertarse del sueño en el Cielo se encontró.