Quedó paralizado por su historia,
-tan afín a la gloria,-
cuando su alma vivía hipnotizada,
embrujada, seducida, hechizada.
-sin pronunciar palabras.-
Con su mirada turbada y absorta.
Buscando lentamente en su memoria
-alguna sutil glosa-
alguna explicación que lo persuada,
pues todavía no llegó su amada.
-y hay celos en su alma-
“Nadie más que tú, a ella le importa”.
“Ya llegará la noche misteriosa
tan oscura, pero tan amigable,
-cuando la noche avance--
ya volverá tu amante, silenciosa.”
Le dice, con voz tenue y cadenciosa
“la Luna llena llegará más tarde
-no es natural que falte-“
le dijo al Sol, la Tierra primorosa.
® ESCRITOR INGEL LAZARET