¿Es tan raro acaso, que te observe al pasar,
¿perderme ligeramente en tus pasos,
en el especial perfume de tu rostro?
¿puede llegar a ser o es tan raro acaso,
que bien sepa el cuando vienes y el cuando te vas?
¿Qué puede tener de raro,
que a mis ojos delante y detrás tuyo
exista solamente nada?
¡Exista apenas del mundo un murmullo
una realidad borrosa, ni siquiera intentada
¿Existe en todo esto algo de malo?
Veo al viejo vigilante de mi cordura, ceder,
ante el torrente divino de tu cabello
ante el indecible perfecto de tu piel,
tristemente, ni vejez ni embeleso anuncia esto.
Anuncia, eso que a ninguno en la tierra le es ajeno,
eso más fuerte que lo más fuerte eso más grande que lo más inmenso,
a lo que todo corazón y alma le temen.
Amor, que cambia o acaba vidas con solo un beso
de una forma perfecta y un toque indescriptible sencillo,
de todo poco y de eso totalmente entero.
Y todo esto hubo que pasar por el grafito insensible para darte,
un simple y tal vez insignificante, te quiero.