Llueve con llanto fino y esmerado.
Llueve, y la primavera se estremece,
sutil y etérea, se expande gozosa,
sembrando de amor los senderos.
Llueve y los árboles ya no están de luto,
las mariposas ya tiene flores que libar,
los campesinos venga sembrar y sembrar.
Llueve el cielo con pasión,
pronto extenderá su escala de color
y al arco iris dará paso en todo su esplendor.
Ya no llueve en mi alma,
por hoy dejo el maldito paraguas
en una esquina del corazón.