¿Y tú me dices
que duermes tranquilo?
¿qué no te produce desvelo
el sufrimiento ajeno?
¿Cómo puedes decir sin meditar
que lo único que te puede interesar
es tu bienestar físico y mental
sin apenas reparar
del que vive en soledad?
Vives tu vida felizmente
sirviéndote de lo que te interesa,
que nadie te cause molestias
alegando como justificación
miles de historias y proezas.
Y mientras, en alguna parte,
alguien le pesa tu ausencia,
cuenta los días y las horas
para poderte ver a solas.
Solicita tu ayuda en ocasiones,
te llama, te ruega...
esperando ese milagro
que nunca llega.
Sin embargo y por suerte
los hay que duermen placidamente
y aunque errores cometieran
se puede equivocar la gente.
Esos lo hacen todo por amor,
amor al prójimo, a la vida,
el alma se alimenta y se nutre
de la felicidad compartida.
¿Y tú me dices
que duermes tranquilo?,
¿qué lo haces a pierna suelta?,
pues no hay felicidad completa
a costa de la desgracia ajena.
Fina