He vagado entre caminos oscuros,
entre calles solitarias y vacías,
entre callejones en penumbras,
que no tenían fin, parecía.
Buscaba esa luz que me guiara,
hasta una felicidad cercana,
en vano caminaba y caminaba,
con mis pies descalzos, terminaba.
Y en ese andar solitario de cuestas arriba,
de calles tortuosas y empedradas,
te vi a ti, sol de mis mañanas,
que sonriente llegas con el alba.
Toda búsqueda tiene su recompensa,
he encontrado al fin mi destino,
que no fue fácil llegar, lo sé,
algo dentro de mí, me dice que lo logré.
¡Qué mejor premio puedo obtener!
que tu amor en cada atardecer,
tus tibios besos al anochecer
y la esperanza de un nuevo amanecer.
Llegas así, tan tierno y delicado,
tan dulce y enamorado...
Llegas entre versos y rimas,
llegas envuelto en una tierna poesía...
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