Lo único importante
de lo poco que fuimos
ante el universo
trasciende hoy... como la gloria
de los dioses de un olimpo
que ya no existe más,
lo creamos con nuestro sentir,
pero ahora yace en ruinas
por ausencia de nuestra fe.
Lo único que queda
de todo ese cielo,
son los despojos de nuestros sueños,
las cenizas de nuestro querer;
y la hornacina de nuestras pasiones
donde nos fundíamos
en secreto con el universo,
está hoy solitaria y vacía,
porque ya no estamos,
porque ya nos fuimos
dejando solo gríses y secas
cenizas.