Había olvidado el color de tus ojos,
creí que se había desvanecido
en el ir y venir de la luna,
pero siempre ha estado allí,
escondido en un rincón,
a la espera de encontrarse con mi pluma,
con la única intención
de dormir en mi cuaderno,
pintando en él tu reflejo,
invitando a mis anhelos
visitar tus sueños.
El color de tus ojos
me ha robado el aliento,
ha matizado mis noches de desvelo,
y sin duda
ha inspirado mis versos.