En el caracol de tus oídos
se perdieron mis palabras
ya no las quiero, si fueron mías
abandonadas las dejo por unas nuevas.
¡Hay!, palabras dejadas
como flores a un muerto
el destino las marchita
sin remedio las veo
juntarse como hojas secas
al borde de tu boca.
En mis dedos
se agolpan letras
que se llevan el alma
a empujones por tu calle
con destino a la prisión
imposible del amor.
Letras enloquecidas
sueltas y discordantes
se preparan, en este día
para salir a la conquista
del corazón esquivo.
Mas ha de haber el destino
hacer de cada una,
flecha clavada en el olvido.