Cristo del monte
de los viejos olivos
que el lago remonte
con tus pies dormidos
Caminando lento,
junto a tu pueblo querido.
La vista borrada
del ciego mirando
por amor sanada
para seguir caminando.
Una cruz pesada
de dos maderos,
te entregaron clavado
en el mundo entero.
El orgullo eterno
de los hombres queridos
disparó clavando
los tres clavos de acero.
Te sigo mirando
en el portal del templo,
no puedo bajarte
por la negación del tiempo,
que mantendrán los hombres,
para enseñar al pueblo
lo que es la dulzura
tu amor tu respeto
olvidando el ayer
del sacrificio eterno.