Sucede algo interesante con los escritores.
Cuando son magníficos...
son perdurables.
La proyección que tiene,
la mente fructífera de un escritor
de la talla de Gabriel García Márquez,
solo puede hacerse más importante,
cuando éste,
irremediablemente,
pone su pluma a descansar.
Es cuando viene el recuento de sus obras,
de sus mejores pensamientos,
de las ideas que encendieron chispas
en las fibras más sensibles.
Los escritores de la talla de García Márquez,
cuando mueren,
se quedan por mucho tiempo...
nutriendo con sus líneas,
las mentes ávidas de mensajes postreros.
Descansa en paz Gabriel García Márquez,
que tu obra continuará haciendo eco...
ahora que ya no estás.
Ve ahora a entretener
al Creador de tus días...
y de tu talento.