RICARDO ALVAREZ

AMOR, DIÁFANA AZUCENA

 

Agua que en los parpados cerrados

del sol llevas forma de cristal,

augura profecías en las ramas del álamo

que respira en la ventana.

Se arquean en caucas

con la brisa danzante del mediodía.

Surtida figura,

electa flor de luna,

uniformidad en mi voz

que clama

la convocatoria del

cuerpo en oleaje/

 

Reclama mi boca

la potencia de sus sales

con el poderío de mis besos.

Soy el desesperado ejército

en vuelo de ave,

Rapiña de tus márgenes,

disparo de fuego

en las alas del cielo

que se abren sobre tu velo de espesura/

 

Mujer…

Llevas el incendio del madero en tu mirada,

los brazos del fuego color ámbar

que deslumbran mis moradas,

desde tus torres altas

donde parpadean estrellas

en tu reino de rosas alumbradas/

 

Hora de mi luz,

no entra en mis ojos el caudal

súbito en la voz del río cantando.

Sostén el vilo de mi peso en las bahías

ondulantes de tu sembrada figura,

El mundo trae sus pesares y

nosotros la lluvia que lava las heridas,

Con la claridad filtrada en tus algas flexibles,

eres la espalda del ágata,

el color rojo del cuchillo que saja

fluidos de canales/.

Ahí donde centellea

tu cuerpo de rama mojada

con el flujo de mis aguas rozando

las rocas,

 se hace transparencia

y sonar de atabal

 

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