Simplemente soy aquel que ama,
que dice el amor como un sentimiento,
como una luz fulgurante nacida del alma.
No me importa lo que crean los otros,
digo lo que digo porque así siente mi alma.
Nunca he de apuntar que esto es malo o bueno,
hay miles de ojos y miles de formas
de sentir el amor “verdadero”,
de ver y admirar una pintura barroca
o escuchar una sinfonía inconclusa
No hay más que mirar el alma
de quien hizo la obra.
Esta obra es mía
por lo tanto soy yo
el que la ama con el alma
Los demás, si existen,
simplemente admiran
o detestan mi fruto.
Eso es suficiente.
CARLOS A. BADARACCO
18/4/14
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