Te respiro, aunque mi oxígeno esté contaminado de tu ausencia;
Te siento, aunque tu presencia este sobre la ionósfera;
Te toco, aunque tu escultura esté fuera del alcance de mis manos,
Te escucho, aunque tus ondas no me transmitan tu momentum;
Te hablo, aunque sé que tu fantasma ya no oye;
Te veo, aunque tu luz esté más allá del horizonte;
Te huelo, aunque tus moléculas no enrarezcan mi aire cercano;
Te degusto, aunque tu sabor haya acidificado mis labios;
Te quemo, aunque a mi combustión le falte tu atmósfera;
Te espero, aunque haya perdido la cuenta de las edades.