Tengo presente tu sufrimiento.
Solo Dios sabe cuánto
pido por ti.
Ese sufrimiento físico
que padeces, ha de solucionarse.
Debes tener paciencia.
Aceptarlo y rezar.
Rezar intensamente.
Jesús te escucha.
Está junto a ti.
Él siempre está presente.
Somos nosotros los que
no tenemos que alejarnos.
Tenlo presente en tu alma
y en tus rezos.
Rezo por ti, siempre.
¿Quién eres tú?
Eres... una de tantas,
uno de tantos...
Seres que padecen sufrimientos,
físicos, emocionales...
No estamos exentos
de estos sufrimientos.
No existen excepciones.
Los sufrimientos
no han de dejar de existir.
Jesús existe en nosotros.
Entremos con amor
a su corazón.
Amémoslo, y recémosle,
en todo momento
que podamos.
Tengo presente tu sufrimiento.
También Jesús.
Él transformará nuestro sufrimiento
en aliviar nuestro físico
y nuestra alma.
Derechos reservados de autor( Hugo Emilio Ocanto - 19/04/2014)