Es una noche oscura
y el ultimo de vida para mí,
sola en mi habitación
con un bisturí en mi mano,
no quiero pensar en nada,
solo corto mi muñeca
arrancándome los tendones y
caigo sobre mi cama
agobiada por el dolor,
así pasan los minutos
esperando la llegada de la muerte
es un cadáver con capa oscura,
en su hombro se posa un cuervo
que espera pacientemente
que sucumba para sacarme los ojos y
alimentarse con ellos,
la muerte en su mano
lleva una flauta
toca una dulce melodía
invitándome a ir con él,
en un segundo pasa toda mi vida
mientras tomo mi último aliento,
la muerte extiende su mano y
con su oz me arrebata la vida
me abraza lentamente
llevándome al inframundo
para jamás volver.