Blas Roa

Crónicas narradas

Tan frecuente la pulgada de luz muerta

a los pies de una patria que dimite celos

celeste el demonio, rojo el mar humeante

en la ola zahorí que cubre los adioses.

 

Así como le falta amor a la mirada tuerta

fija sus ojos en la pared de sus espejos

que arranca en jirones las telas errantes

de aquél nigromante domando leónes.

 

Y es que te absorbo lágrimas de huerta

campos de amapola donde crece el centeno

besos de novia, al querubín de sus \"antes\"

que hoy resucita cual dios de dióses.

 

Brota del humor la ida y su vuelta

el sueño diáfano del opio y el romero

semillas malditas caminito del gigante

que me quitará la vida en pares y nones.

 

Cuando amanezco triste en la hora incierta

me incorporo en sudor mirando sobre el suelo

piltrafa humanoide como cadaver elegante

que ríe y llora y contempla visiónes.

 

Hoy cuando cante, mañana cuando muera

cantará el sisonte mi ovituario a Sincelejo

mi funeral citado por ratones y elefantes

y crónicas lunares narradas en Misiónes.

 

Blas Roa