EL NACIMIENTO
Quizás pueda cabalgar a través de mis sueños,
hasta allá, cuando mi vida comenzaba
y resbalaba a través de un tobogán cerrado,
blanco como la nieve blanca y azul como el cielo azul.
Estaba desplazándome por él con las piernas tomadas.
En mi desliz, el calor me anunciaba un amor profundo.
Había colores distintos, pálidos matices de ensueño,
Una brisa de hermosa ilusión corría
empujando la felicidad delante de mí.
Avanzaba tras de ella, dando vueltas, mil vueltas.
En cada tramo una luz blanquecina me acompañaba,
con esa brisa feliz que pujaba.
Había una extraña fuerza que advertía
un mundo distinto frente a mí.
Era yo tan feliz como el cielo lo era.
Había una dignidad extraña que me rodeaba
y luego amanecí con el calor de mi madre
y mi pequeño cuerpo recién nacido.
CARLOS A. BADARACCO
2/4/14
(DERECHOS RESERVADOS)
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MOCEDAD
Llegaras del más allá,
y luego te fueras
como un recuerdo borroso, difuso,
y entonces no verte nunca más.
Abrazar con ahínco las palabras
y luego perderlas en el tiempo, derrochadas
después de disfrutarlas.
Yo estaba allí, ahora ya no estoy,
estoy aquí en el lejano futuro
que ideaba.
Lo pensaba otro
y sin embargo es este,
hermoso futuro que estoy viviendo,
ahora, tan lejano de aquel pasado
que fui dejando vacío,
lleno de ilusiones.
CARLOS A. BADARACCO
8/4/14
(DERECHOS RESERVADOS)