Oh mujer…
Transparente la lágrima en tu rostro
resbalaba y llegaba hasta tu boca.
Seco tu mano muy rápidamente
toda huella, que te mostraba débil.
Tu mirada se perdió en el horizonte,
ese mismo que un día pisaste,
creyendo que sería tu futuro
y se quebró como cristal, en mil pedazos.
Oh mujer…de sonrisa contagiosa.
Oh mujer…de grandes desengaños!
Cuando aprenderás, que de Amor ya
no se vive, sólo puede acompañarte
por un rato, pues cuando arraigarse quiere,
alguien lo reclama en otro lado.
Aliméntate de todos los secretos, que el alma
atesora cuando Ama, es la riqueza perdida,
de algún cuento, solo que vive en ti,
es tu retrato, es el cuadro donde
dibujando, estuvo, todo este tiempo
tu corazón, entre tantos saltos.
Acuarela infinita de colores, sentimientos,
vida, risa y llanto.
Teresa Ema Suárez