MANOS PIADOSAS
Habrá que preguntarle al niño
cómo somos nosotros,
cómo nos ve por la calle
cuando nos mira pasar.
¿Habremos de ser ángeles
o demonios desolados?
Una moneda del alma
seguramente nos dará.
Una luz en sus ojos
nos mirará con congoja
Una mirada piadosa
para el indiferente que va
y nunca nos da amor
Será un simple pedazo
de un corazón divino
que estará entre los muros
de una fría ilusión
¿Cómo habrá ese niño
de mirarnos por las calles?
cuando sus manos nos pidan
un poco de amor.
Esas manos de Dios que está allí
y no vemos por ignorancia.
Esas manos que sufren
el silencio del desamor
CARLOS A.BADARACCO
20/4/14
(DERECHOS RESERVADOS)
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¿LA AUSENCIA DEL SEÑOR?
Una lágrima en sus ojos
como si fuera una flor,
un elogio a la angustia
que se aloja sin ilusión.
Ese niño de la calle
Entrega el alma,
entrega un don.
Nos mira con la calma
de un adorado Creador.
¿Dónde estará el hombre
que el Señor ha creado
para amarnos entre todos,
para ser partes de Dios?.
No preguntemos
dónde está el Salvador,
sin antes preguntarnos
dónde estamos nosotros.
La barbarie nos persigue,
nos acosa la ambición
Como si la tierra nos pidiera
la codicia y el rencor,
la tendencia a destruirnos
el apego al frenesí.
CARLOS A. BADARACCO
21/4/14
(DERECHOS RESERVADOS)