El viaje y el destino ya elegido,
cambió con la respuesta inesperada,
quedó colgado con una llamada,
cancelando al corazón su latido.
El boleto hacia ti había vencido,
la pena como flecha incrustada,
dejó un alma tendida en la calzada,
un cuerpo en el andén desvanecido.
¿Cuántas señales son inadvertidas,
cuando al viajar en sentido contrario,
solo hay una ruta desconocida?...
Porque se viaja sin rumbo en la huida
sin medir las distancias los horarios,
sin alma, sin corazón sin la vida.