Alejandrina

CRISOL ( Dedicado a Valparaiso )

Valparaíso eterno, joya del pacifico.

 

La furia de Vulcano se dejó caer

por tu encumbrado acento  

áfono el cielo y ebrio del vino negro

que vendimian tus tutores,

con lenguas abrasadoras de vileza

vociferan,

derramando el crisol del espanto

con tajante iniquidad

sobre estos escalones seculares.

 

Y en ese girar sin norte

se habrían una a una las flores del infierno

para devorar cada morada,

cada animal y hombre que encontraban  a su paso

 ¡ay… amasijo de cuerpos hollinados!

como dueles…

¡como dueles perla inmolada!

cuando el otoño cargaba sus navíos de rojos cereales

su cosecha temprana de hojarasca

y la mar se miraba en el cielo

alborozada de mieses.

 

Los aromos ya no volverán a bautizar

la cuidad desde lo alto con sus tinajas rebosantes en oro,

ni la mirra de los pinos aromará laderas y quebradas,

pareces un rompecabezas lanzado al aire

con sus piezas desordenadas,

pero que al armarse nuevamente

¡qué importa lo que volverá a formarse

si será una catedral con torreones y campanas

o un gran árbol lleno de pájaros..

 

Crisol infame

recoge tus huestes sanguinarias,

que aquí Valparaíso

¡a puro amor se ha forjado espada y yelmo!

amarran sus cimientos nuevas cadenas

eslabones  jóvenes

y un viento sanador recompone

el espíritu humillado de su gente.

 

He visto desbordarse los caminos

de bondad incuestionable,

solidario a toda prueba es el pueblo de Chile

asombrando al mundo con sus gestos.

Miles de manos entrelazadas

lavando tus cabellos chamuscados

¡oh Valparaíso¡

éste es el verdadero patrimonio

¡la humanidad de tus habitantes!

 

 Alejandrina.