En la altas estancias
en amor acontece en los desvanes y hay un libro que explica
el sexo vegetal como una fiesta
de chopos y alacranes,
en las altas estancias no veréis
a banqueros contando golondrinas
ni a señoras gorditas de banqueros desnudando a los pífanos.
En las altas estancias ya no crecen los niños
y es que acaso no hay niños,
ya no hay búhos que anuncien la visita de los príncipes griegos
y es que acaso no hay hadas,
y es que acaso no hay sueños que leviten
ni violines alados
ni estrellas de soufflé ni condenados a muerte esperando a que prospere
un recurso de gracia.
En las altas estancias los ancianos
oyen el gong del mundo mientras hablan
de sus viejos afanes
y no encienden la luz para estar tristes,
para hacerse los muertos y después de la siesta
maldecir por no estarlo,
en las altas estancias solamente los vivos tienen miedo
a no estarlo del todo,
solamente a los vivos les preocupa la lluvia sobre el bosque
y el silencio
de las piedras eternas.
Y es que acaso
a muchos nos ocurre que la vida
nos encontró en las nubes.