El nada

Cuerpo y alma

 

De forma nubosa, su pelo ondea.

No es más que un reflejo de lo

que el alma desea. Puro corazón.

Sentimiento. Amor. Frialdad me-

dida.

 

Ojos como llamas, que punzan.

Hieren el alma con ardor y deseo.

Todos ven su luz, mas nadie la

posee; es espíritu libre. Ruina

mía fue querer tocar el propio sol.

 

Piel arbórea, corteza lisa, tacto

suave. Imposible delicia. Morir

por besar sus hombros, cuello;

 probar su boca, y dejar el alma

en ella. No es posible, ya no.

 

Cuerpo de algodón; nada le

sobra, nada le falta. Dar el placer

más grande por acariciar su

cintura. ¿Cuándo? Ya nunca más.

Abrazarla y fundirme, ya nunca

más.

 

Cobarde por no luchar. Sí.

Cobarde. Tuve su querer en

bandeja, y no me hice cargo de

darle también el mío.

 

No probé más que su esencia y

su mente. No probó más que mi

esencia, y mis versos.

 

¿Dónde estás ahora, primer amor? Yo sé, yo sé. En mi pecho...