Hoy, me despertó
el olor, de tu piel
y bajé, por tus ojos
y me hinqué en tu pecho
y recité, mis rezos,
me acerqué a tus labios
para darte un beso,
Y me bajé despacio
me desperté en tu mirada,
y me quedé suspendida
en la punta de tus dedos,
que se deslizaron despacio
hasta llegar a mis pechos.
Y me quedé sintiendo
el calor de tus besos
y me llegó tu aroma
en lentos suspiros,
para beber de tu boca
tu sabor y el mío.
Y volví a dormirme
en tus brazos
que me arrullaron
con canción de cuna.
-La niña de mis ojos,
la que más me gusta-
y así quieta…
me acomode en tu costado
para desertar a tu lado,
con un beso de tu boca.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-