Poeta-Maldito1976

EL ÚLTIMO QUISTE DE FE

Tenía hambre de amor y sólo conseguí llenar de paja y barro la exactitud de mi laberinto.

 

Yo he matado a muchos de mis reflejos a lo largo de toda mi vida, querían vivir por mí sin importarles si podía sonreír y los enterré entre las piernas de desconocidas.

 

No digas que no te lo avisé, nadie reconoce a los muertos cuando caminamos entre la gente. Los ángeles recitan sus salmos sobre las líneas de mis manos para que después acudan los lobos a afilarse entre ellas los dientes.

 

Y mientras, el cirujano ciego continúa extirpando el último quiste de fe.

 

Gracias, a veces también me alimento de dolor así que no necesitas despertar, seré yo el que me iré.