Quisiera ser viento, para dejarme llevar,
besar las montañas y abrazar el mar.
Quisiera ser brisa fresca y no parpadear,
jugar con los pàjaros y poderlos mirar.
Quisiera ser lluvia para brincar,
sobre la verde pradera y oirla cantar.
Quisiera ser rìo para poder remontar,
subiendo la cuesta de tu fabuloso altar.
Quisiera ser semilla para poder germinar,
vestirme de flores y poder agradar.
Quisiera ser fruto maduro para dejar,
el sabor exquisito de ese manjar.
Quisiera ser dìa o noche,
caminar la huella del tiempo...
y poder alumbrar