Susurros con espinas
llegan por la ventana,
se escurren y serpentean
entre poros abiertos y vellosidades.
Discrepancias y aire fatuo.
Soliloquio de cuatro zapatos.
Comisuras extendidas,
ojos desorbitados.
Brazo a brazo,
dientes recalcitrantes y
polvo blanco. Ojos carmesí
y testa con manos.
Como ave atrapada,
como pez epiléptico.
Octavio Aldebarán Márquez.