Pola

JOFIEL

 

JOFIEL

Jofiel…seis letras forman su nombre,

proviene del arcángel de la sabiduría,

se adhirió a mí…sin imaginar

que su ternura aprisionó mi ser.

Lo observé, se veía frágil

su pelaje se asemeja al algodón

sí, un algodón café…

extraño, único, especial.

Mientras crecía

se deleitaba con los más exquisitos manjares

plátano, manzana, mandarina…

la mandarina, su fruto preferido.

A lo lejos se oían  susurros,

sus travesuras, mordiscos…

acosaban a los demás,

pero Jofiel seguía creciendo.

Sus ojos verdes me asombran

a través de ellos me comunican

su sentir…júbilo, desolación, zozobra.

Jofiel es más que un nombre,

Jofiel es más que una mascota,

se convirtió en un retoño

al que he aprendido asistir, amar.

Tal vez mis palabras suenen absurdas, necias…

Aún recuerdo su pequeño cuerpo

junto a mi nuca, 

su picazón de pulgas

que hinchó sus ojos

y que aquella noche

no dejamos de sollozar,

el pavor que abrazó mi ser

al especular que había muerto…

él solo dormía,

aquella inyección

que inmovilizó su patita

por dos días.

Aquel que lo ve

le asalta el desasosiego,

su aspecto grande, enérgico,

parece un potrillo

que no deja de correr, brincar, juguetear…

buscando su  anhelada libertad.

Ahora los sueños aprisionan mi memoria

al caminar junto a él

en la orilla

sentir el roce de los rayos del sol,

la brisa que acaricia nuestras almas.