Harás lo que quieras.
Eres dueña de tu vida.
No voy a obligarte
hagas lo que no desees.
Estamos en la misma casa.
Vivimos cuando queremos
juntos o separados,
depende de las circunstancias...
y de las necesidades.
Pero... el dueño de casa
soy yo.
No voy a ser autoritario.
Pero...he decidido
tomar medidas... no diría
drásticas, pero sí seguras.
Desde mañana haré
lo siguiente:
voy a ocuparme
de comprar carbón
para cocinar,
velas para iluminar,
nada de harinas,
nada de vinos,
nada de café,
nada de yerba,
nada de carnes,
nada de quesos,
nada de verduras,
nada de frutas,
gaseosas descartadas,
galletitas dulces prohibidas...
Ojo, ten en cuenta
que cuando te digo
nada, es porque
no lo voy a compar,
que quede entendido.
Creo que soy explícito, ¿no?
Entérate con atención.
A ver, a ver...
¿qué más no debería comprar?
Tampoco jabones de tocador
usaremos para bañarnos.
El jabón en panes
para lavar la ropa.
Desodorantes de ambientes,
también descartados.
Y nada de comida en abundancia,
debemos comer poco,
para mantener la línea
y estar más sanos.
Del coche me voy a desligar,
lo venderé.
La nafta está algo cara, creo.
¿De qué te ríes, eres tonta?
Para de reír, por favor...
Ah, sí, sí, tienes razón...
También voy a ponerme
a reír...
¿ Y si invitáramos
a los de la pintada?
No te hagas la tonta,
la que está cerca
de la Catedral.
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto -24/04/2014)