Trino del petirrojo
que vive bajo la cama,
hálito marrón del cielo.
Ceniza sobre páginas de
piel rugosa y ojos benévolos.
Ojos de un infante acusando
la sombra de un bastón que
vive en pasillos y paredes.
Palabras atrapadas en un
espejo roto.
Senderos arenosos y vientos
de azafrán enredados en
bosque y rocas.
Sobresalto en una cama sin
alas, sin sol.
Polvo de estrellas en la ventana.
Octavio Aldebarán Márquez.