Traeme esa tarde, café;
que me cobije ese aire,
esas sus lineas marchitas de arte,
y sus tactos invaluables.
Traeme esa tarde, café;
donde comía canciones,
desayunaba unas cuerdas oxidadas,
y cenabas sus anecdotas, de mis amigos viejos.
Traeme esa tarde,
y por favor no me sueltes,
que tu aroma me mantenga alli,
y tu textura me deje saborearles.
Traeme esa tarde,
donde cada uno garabateo mis alas,
enseñandome a volar,
con cada nota de sus cuerdas.
Café maquina del tiempo,
un suspiro me retorna,
y me encuentra sonriendo,
traeme esa tardé,
y saludame a mis viejos.