Brillo de aurora
va envolviendo los días
las lluvias vanas
en el reverdecer de las praderas,
citando con campanas
a despertar las ganas,
de un delicado amor y sus quimeras.
Las nubes grises
no oprimen el verano
sin tul de sombra
que el trinar de las aves ilumina,
la luna no lo nombra,
vaivén del mar le asombra
por la brisa tranquila que camina
Hojas caídas
por cambio de la piel
en el otoño
donde sonriendo tantos recuerdos
no queman el retoño
-ni sueños con madroño-
de anhelos por abrir, a pasos lerdos.