No hay nada que erice la piel
de modo más contundente.
Ni temores del presente,
ni pánicos del pasado,
ni futuros sobresaltos.
Son momentos solamente.
Más, lo importante se siente
cuando se entibia la piel
y la emoción florecer
como nunca sucediera,
Una merecida ofrenda,
del desierto, hace un vergel.
Si antes no pudo ser,
habrá un tiempo en el que triunfen,
cuando en la vida despunte
la fragancia del amor.
Pues, no hay nada superior
a cuatro labios que se unen.
© ESCRITOR INGEL LAZARET