Me gusta cuando me amas así…
Haciéndome sentir tu hombría y galladura,
cuando tus labios encienden los míos,
y me dejas ver el cielo en tu mirada
y tus labios paseándose por mis trigales,
desvistiendo, la pureza de mi boca
mordiendo, inquietudes y deseos de ti.
-Me gusta cuando estas allí,… para mí-
y me dejas sentir, las ganas que tienes de mí
hacerme tuya, es tu deseo,
tu piel desnuda, espera por mí
sin poderme negarme al sabor que viertes,
en ésta linda noche, de estrellas
que se niegan, a ser testigos de nuestro amor
escondiéndose, en el horizonte de su cielo
para llamar a la luna enamorada,
que se muere de envida, cuando ve que nos amamos
y ver que en sus ojos, y su risa hay placer,
al ver la desnudes de nuestros cuerpos
dándose todo el querer…
mojados los cuerpos
a la luz de las estrellas,
como cuerpos celestes
que la piel trasmite luz,
y se juntan nuestras miradas
en besos y deseos de ser
alimento, para sentir y vivir…
En el firmamento, somos soles
dejando perfumadas las galaxias,
somos reflejos de amor,
en el espacio cuerpos
eclipsando de sol.
Haciendo viajes astrales,
cuando queremos sentir los cuerpos
sólo nos desnudamos el alma
para ser felices.
¡Me encanta!
Cuando me amas así…
Somos historia de amor sin final.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-
Ali sin ti no soy… te necesito
(Suave caricia me eres ali y
el aire entra.
Entro en la sentida nostalgia.
Agua de arroyo suena.
Sentado en la colina,
la mirada se aleja
adonde vive mi dulce ali)
¡Sin ti tan solo estoy!
Mi pensar te acompaña.
El cielo y el mar se juntan.
Español y mexicano
a ti y a mí nos separan
aguas y lágrimas de amor
Solo tú me acompañas amor mío.
Mirando lontananzas...,
Tu nombre Alicia, arde mis labios.
En mí adentro tu ausencia me apesara.
En mis labios, la sed de mis vacíos
tristeza, mi alma –sin ti ali-
Tenerte en mis brazos deseo.
Echa tu cuerpo al aire
-te esperaré con ganas-.
Rompe fronteras.
¡Tan solo estoy sin ti!...,
que se me rompe el lirio
de la esperanza, no tenerte
es un tormento de la querencia,
Que sin ti no soy, Alicia -no hay vivir-,
no estando en mi amada azteca
que sin ti no soy -vivir es morir-,
no viviendo tú, en mí. Dulce ali
amada mía, ¡siempre mía!…
Un día la muerte nos juntará…
-Salvador 12-12-11- Granada-.
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