Vivo y vivimos en un mundo
El que nos enseña constantemente
Gracias a los siniestros de cada segundo
A quitar de nosotros la palabra sorprendente
Y no considerar ya nada asombroso
Excepto las cosas buenas que puedan pasar
Porque cualquier hecho desastroso
Ya lo hemos visto o escuchado realizar
Pero son los instantes virtuosos
Los limitados, los únicos que nos extrañan
Cada escasa vez que los vivimos
Porque solo milagrosamente pasan
Siendo esta la realidad de todos los días
Cada vez que vemos noticiarios,
Diarios o hasta revistas
Un mundo de crímenes, desastres y robos