A. Cuenca

Tambaleando

Hace días que trato de no hablarte…

Es que hiere hacerlo sabiendo las frías respuestas de quien ha dejado de querer.

Siento que mi deseo es en vano…

Que te has alejado más allá de mi alcance;

y mis brazos ya no logran abrazarte…

 

Mi tristeza ya no toca tu corazón!

 

Todo te molesta, no te interesas ni por ver lo obvio…

Que si me enojo es por razones que no quieres ver…

Porque te quiero y me siento estúpido de no tener lo que vos si tenés…

Mi corazón en la palma de tus manos, y mi amor arrodillado a tus pies.

Porque te quiero dejar ir y me niego a creer que quieras irte.

Porque siento la impotencia de no lograr conquistarte como tan fácilmente fue

Porque necesito de tu cariño y no lo siento…porque necesito de tu empuje para poder seguir.

Porque querés destruir lo que llevó tan duro esfuerzo construir.

Porque luego de tantos años juntos se siente tu ausencia que carcome el alma.

Porque he dado todo de mi y no te alcanza.

 

…y por sobre todo, porque duele tu egoísmo indiferente del sufrir.

 

Los años pasan y venimos tambaleando.

Los inviernos me son crueles, pero ni cerca de tus días fríos.

Me acompaña la soledad en la que me has dejado.

Mi alma me reclama los recuerdos de una pasión perdida…

Y dentro de mí entiendo que depende solo de ti…

Pero ya no estoy en ti incluido.

 

La vida es un instante…

Un arduo sufrimiento que algunos usan para crecer…

Otros para usar sus bajos instintos.

Y a algunos otros les es más fácil estancarse y dejar de ver.

 

Mi pecado fue quererte e intentar darte todo lo que pude

Pretendiendo recibir  de ti lo que no está en mí pedir.

 

Mas de 18 años juntos y veo el corto final del camino,

Nuestro recorrido lo veo terminado; no por mi deseo;

pero por una decisión que no está en mí tomar.

 

Tu lejanía duele, y tu companía indiferente duele aún mucho más

Lágrimas ya secas por el quemante fuego de la resignación es lo que va quedando,

sufrimiento interno que llora y se desangra donde no se puede ver…

 

Mi alma entera tiene que irse acomodando a que ha llegado el tan inesperado final.

Un final que nunca he deseado y por el que en contra he luchado en vano

 

Es hora…y tambaleando se va acercando el cruel y duro recuerdo…

Recuerdo de aquel día en el que me dejaste de amar…

                                                                                          Amilcar.