Hoy charlé de nuevo contigo
coqueteé con mi princesa casada
bella, honesta y fiel
Se que disfrutas de mis locuras,
de mis palabras atrevidas y pícaras.
En el juego de cazar al ratón
cuando te dije que era en serio,
no sé si de enojo o sorpresa
dió un brinco tu corazón,
sentí amor, como se tenso tu cuerpo.
De repente te pregunte
¿Si me regalabas un beso?
Tu respuesta fue rápida; No
y como toda mujer,
preguntaste si se lo pedía a todas
¿Y por qué te lo hacia?
Te dije que me gustabas
Vi el rubor en tu cara
un beso solo eso, un beso
será un bello momento,
una fuga de pasión y deseo,
mirando fijamente tus ojos
por sesenta eternos segundos.
¡Un beso sin prejuicios!
Dijiste que serias juzgada
sonreí, te juzgaran por cosas peores
Y reíste…
Te dije que seria un regalo
que nadie lo sabría,
pero no confiaste en mi palabra.
En un momento cambio tu mirada
Pude oler además de tu dulce aroma
el deseo y la pasión…
Y te dije; yo sé que eres apasionada,
sonreíste y te quedaste callada.
Te levantaste para irte
y después del previo NO,
seriamente dijiste que lo pensarías…
Pero vi en tu mirada eso que inquieta
antes de decidirse…
Algo que se sabe es prohibido,
la pasión furtiva en tus ojos.
Pedir un beso parece sencillo
Pedírtelo a ti es un atrevimiento
sembré en tu mente mi deseo
ahora queda esperar, esperar…
No se si me darás ese beso
lo que si se es que vi en tus ojos el deseo y la pasión
cuando recreaste ese momento…
al verte con tus facciones cambiadas
el deseo se humedeció y se acelero mi corazón.
Padre! perdóname por se atrevido, aún deseando lo que está prohibido…
Bien, el pecado no se ha consumado, pero si de pensamiento.
Por mi culpa, por mi culpa…