Atrapado en esta cárcel me encuentro,
Mirando a los seis lados con aquella mirada,
Que solo yo entiendo que solo yo sé el porqué de este vacío.
Mis pensamientos se comienzan a nublar,
La droga va recorriendo el cuerpo hasta mis entrañas,
Sus efectos, su propósito, se empiezan a presentar,
Debilitan todo mi ser, los pies no tienen fuerza.
De aquel que sumo manos para detenerme,
Solo con un pequeño toque me derriba en la cama;
Poco a poco mi respiración se vuelve profunda,
La fiera ha quedado indefensa, vulnerable,
Atrapado en plena casería, en pleno desenfreno,
De vuelta a su jaula mental, a esta prisión sin barrotes,
Sin pensamientos sin locura, en paz...
...Todo en silencio
Mis ojos perturbados, mi semblante moribundo,
En mis oídos se van callando las voces en el cuarto
Todo queda en extraña calma...
...Todo queda en suspenso.
Autor. Hernández G.