Ningún agente
tenía su fama
y temible ingenio.
Perdía a sus novias
pero no estaba solo
por mucho tiempo.
Su auto velóz,
el traje negro
siempre a medida.
Una walther PP
y alguna sorpresa
siempre escondida.
Niños como yo
atestában cines
en el afán de emularlo.
Menos mal
que no pudimos
haber matado a tantos.