Cielos, lo que bien se quiso
no se olvida presto, no;
que donde cenizas quedan
si no hay llamas hay calor.
Si una vez se llegó a amar,
morir o amar es preciso,
por que olvidar no es posible
cielos, lo que bien se quiso.
Si algún objeto en el pecho
firme lugar ocupó
por más que olvidarse quiera,
no se olvida presto, no.
Aunque el fuego del amor no arda
siempre cenizas conserva
y nunca más dura fuego
que donde cenizas quedan.
Al fin, si es yerro querer
que extinga un fino amor,
por que en la hoguera del pecho
si no hay llamas, hay calor.