Un velo que ciega los rayos del sol,
aunque se siente su presencia;
y en la redondez de la luna
un rostro de cautivante sonrisa
provocadora de ansiedad incontrolable.
En el bosque de silencios anida
el ruiseñor con melodías que vibran
en el néctar de los recuerdos.
Manantial formando lago en el pecho
y peces saltarines que vulneran
el rítmico vaivén de los latidos.
Es sol, y claro de luna, que ilumina
el cauce del tibio manantial,
que desborda el lago de sentires
para colmar el océano del alma,
como fue antes, para un por siempre.