Me sumergiré en lo que me ha quedado de vos…
Para vivir esta vida que escogí debo hacerlo, sin pedir más, sin dejar pasar ningún ápice de dolor…
Me entregaré muy precisamente a esta realidad tan absoluta…
Ya no puedo, ni quiero, despertar de esta realidad…
Así aprenderé a vivir, con la zozobra, con la espera de algo que nunca pasará, con mis sueños jamás cumplidos, con los días inocuos…
Vacía ya sin miedo, vacía… despertando todas las mañanas en lo mismo.