Aquí estoy parado
sobre una montaña,
hecha de alegrías
también de dolor,
desde esta atalaya
oteo la vida,
y busco en ella
a un niño...hoy mayor.
Compendio de juegos
momentos de nostalgias,
que el tiempo arrasa
para no volver,
los ando buscando
para ser un rato,
el feliz infante
de ese lindo...ayer.
Lo ido nos trae
un sin fin de cosas,
que los años crueles
no nos dejan ver,
como la inocente
mirada de un niño,
¡lástima que crezca!
¿qué será...de él?
A veces en sueños
creo oír las risas,
dichosas de chicos
jolgorio sin fin,
es una defensa
por este presente,
con violencia pintada
de rojo...carmín.
Chau, hasta más nunca
vieja infancia linda,
el de las bolitas
y el monopatín,
me queda tan solo
la voz del pasado,
que me dice hermano
hora...de partir.
De aquí no diviso
lo que atrás dejamos,
todo se fue yendo
igual que aquél tren,
que miraba ansioso
correr por las vías,
ya no queda nada
solo...el viejo andén.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)