Fue hermoso el hogar ejemplar, inmaculado;
matrimonio feliz, pero ya eso... ha pasado.
Se hizo dominante el singular, la monotonía,
los lugares, los temas, la mesa, el pasar del día.
Y fuera de casa se vieron posibles promesas
como para cambiar la vida y limar las asperezas;
en ese lapso que era como un un pre de transiciones,
antes de final desición, crecieron las discusiones.
El amor que prometio se eterno, puro y verdadero
se tornó empresa en quiebra, y quizás no por dinero.
Todo se fue adentrando en camino sin lumbre,
todo se transformó, sin querer, a la costumbre.
Las apariencias físicas, obvio, en algo cambiaron,
y con historias del tiempo, los cariños se olvidaron.
Bueno... amor que inicia bonito y tan lleno de promesas,
tampoco tu eres perfecto ni eternizas las bellezas;
La vida promete cumplidos con futuros de un color
que uno cree tener cuando nos llega el amor.
Sin embargo, dentro del tiempo arriban esas verdades
que uno no quiere enfrentar, pero que son realidades.
Y quisiera el ser que jamás se hubiese ido
por un tiempo o para siempre aquel amor existido.
Hay quienes logran sus nuevos y fervientes amores,
queriendo olvidar el anterior sin pensar en sus errores.
Y no todos, pero muchos, repiten y vuelven a caer
en esa monotonía que una vez hubo de ser;
Ay amor cuantas cosas en la vida tu existir nos presenta,
facturas que ya pagamos y otra vez nos pasa cuenta...
Alviz Neleb (Pseudónimo)
Abril 26 de 2014
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Sábado