Un mal día lo tiene cualquiera
pero ojalá no lo tuvieras.
Me dices que no duermes bien
que por la noche tu cabeza anda a cien
y yo desde la lejanía te intento animar
pero no es eso lo que quieres escuchar.
Me dices que tienes miedo
y que a ello no le encuentras el remedio.
Que temes que me aleje
que te abandone y te deje.
Lo que no te digo
es que yo también tengo los míos
son temores que no me abandonan
que me agobian y me ahogan
a hacer daño a quien ya han lastimado
a no quererte demasiado
y a exigirte otro tanto.
A que todo se haga rutinario
y se convierta en algo ordinario.
Cansado deberías estar de mis inseguridades
de mis memeces y mis empanadas mentales.
Yo de ti no me aguantaría
me alejaría y me iría,
pero tu sigues ahí
diciéndome que sin mi no vivirías
y que doy sentido a tu vida
Y entonces me digo
¡pasa de todo!
de los miedos y los temores
que esto que te da la vida
no se da todos los días,
que un hombre como tu
más de una lo querría,
así que intentaré no perder
este regalo con el nombre de Manuel
que me da la vida.