Darío Ernesto

Sueño todopoderoso

Sueño todopoderoso

 

Detrás de los parpados, cansados de  hastío,

Llegò en la madrugada, en tinieblas,

un sueño, un pesado  y fastidioso  del  impas,

Y  supe que hay  detrás de las mentes, entre sus paredes

¡Vi al hombre, orando en los rincones!

Pues  en su mesa  le faltaba el pan de cada día

Llorando en sus mejillas, lagrimas de sangre

En el umbral del desconsuelo.

Vi  la muerte galopando, entre amor de jóvenes  difuntos

¡Oh, vi la madre tierna entre abrazos y despedida!

Vi a mis niños, en sus mentes  tiernas, con esperanzas

Pero vi  sus  tristezas, doliéndome el alma,

Pues en sus manitos existe la verdad de sus sentimientos

Y la misma casa, donde habita mi paloma compañera

Discerní  el amor,  vi sus penas y tristezas,

En la distancia sus seres amados

Viniendo en pensamientos, todos a montones

Recordé a mis ancestros, llenos de hidalguía

Aquellos de mi sangre, tiernos  dispersados  y trotamundos

Recorrí en la noche sin luna, sin aliento

Y se hicieron  clementes las horas, vagabundas

Sin ancla.

Vi los niños durmiendo  en las calles, sin pieles desolados

Sin un mísero abrigo, sin mantas en la noche fría

Vi la hipocresía,  la testaruda vejez en los hospitales,

Los hombres terminales  con  males sin retorno,

Lo soñé,  estando en un cielo siendo un espíritu

Emprendí  un vuelo, vespertino de los inciertos

Que  inmenso es  el camino, infinito en desaciertos

Ser  un poderoso discerniendo la calamidad y desconsuelo

Latía el pecho, profundamente agitado

Seguir soñando, seguir despierto,

Un desafortunado  sueño.

 

Darío Ernesto Muñoz Sosa

Autor.